jueves, 23 de agosto de 2012

En busca de Africa

1º Día. Lunes 13 Agosto 2012

Con puntualidad casi improcedente y esa holgura con la que se suele atacar un viaje inusual, especialmente cuando se encuentra de por medio la T4 de Barajas, nos fuimos congregando en torno a las 16:30 conforme habíamos convenido, en las inmediaciones de los mostradores de Royal Air Maroc: seis beninistas de diverso porte repartidos en dos grandes grupos, uno en el que concurren casualmente nombres originales (Priscila, Águedo y Noelia) y otro más terreno que conforman los de nombre corriente (Matilde, Tere y José Luis), más un beninés auténtico llamado Romeo, a los que se ha unido una invitada imprevista y circunstancial. Andrea, la hija de Matilde que, solícita, se ha prestado a acompañar a su madre al aeropuerto. Un colectivo variopinto con la vista puesta en África y Benín como punto de encuentro.

Inevitables trámites administrativos y aduaneros para después invertir sin prisas el tiempo restante en ver los últimos minutos de la final de baloncesto de los juegos olímpicos entre España y Estados Unidos, que perdemos dignamente.

El cartel anunciador hace diferentes quiebros atrasando y adelantando la hora de salida, en principio prevista para las 19:30. Por fin arrancamos a las 20:15 camino de Casablanca y conforme comienza a elevarse el avión empezamos a sentir ese hormigueo que te embarga al viajar. No cabe duda de que lo de viajar es completamente distinto a lo de irse de viaje. Viajar implica necesariamente algo de aventura, algo de descubrimiento, mientras que uno se va de viaje por necesidad, por trabajo, porque se le ha muerto un cuñado que vive en Burdeos o porque tiene quince días de vacaciones y no quiere quedarse en casa. En muchos casos, el hormigueo lo puede producir un afán interno por conocer el mundo, por saber qué se cuece en otros lugares o cómo son esas otras gentes que están más allá. Algunas personas también apoyan sus cosquilleos viajeros en razones de carácter cultural o religioso, que pueden oscilar desde la necesidad de conocer in situ las maravillas pictóricas que se alojan en el British Museum, visitar la tumba de Lenin, posar para la eternidad en la llanura de Giseh con las pirámides de fondo o cruzar el Pórtico de la Gloria tras hacer a pie o en bicicleta el camino de Santiago desde Roncesvalles. Todas son poderosas razones pero para mí la más importante tiene que ver con conocerse uno mismo. Así de fácil. Un día estás sentado en el sofá del salón y te das cuenta de que no sabes quién eres situado un poco más allá del cuarto de baño de tu casa. A partir de ese momento quieres saberlo. Toda esta elucubración viajera nos ayuda a digerir el vuelo AT971 con bastante más facilidad que la insípida cena de pollo con arroz que nos dan a bordo. Con el tiempo cronometrado al milímetro para poder cambiar de avión, tomamos en Casablanca el vuelo AT559 que nos llevará hasta Cotonou. La segunda cena en vuelo resulta algo más tratable gracias al vino marroquí que la acompaña. 

Jöel, el gran amigo de Romeo, nos espera en el aeropuerto. Son las 3 de la mañana del lunes 13 de agosto de 2012. Un paseo de reconocimiento por los alrededores antes de meternos en la cama nos permite hacer los dos primeros descubrimientos africanos de interés. El primero es la rudimentaria fábrica de pan de la esquina, un ejemplar clásico de industria decimonónica y funcionamiento ejemplar. Gigantescos banastos con las barras recién horneadas desbordan las grupas de las escuálidas motos que se utilizan para llegar rápidamente a todos los puntos de la ciudad. El segundo gran descubrimiento es la forma mágica en la que una motocicleta de pequeña cilindrada puede convertirse en cómoda cama de suite de lujo por unas horas y proporcionar un sueño reparador, siempre y cuando el conductor sea africano y esconda en la chistera la pericia adecuada para conseguirlo. En la puerta de la panadería muchos duermen sin problemas a lomos de su ciclomotor. Y tienen pinta de hacerlo a pierna suelta. Grandes hallazgos en ambos casos, acompañados del primer error garrafal del viaje, cual es el de haberse dejado la cámara durmiendo.


A las 10 y media nos levantamos. La calle que descubrimos ahora no tiene nada que ver con la que habíamos dejado unas horas antes. Está abarrotada, millones de motos convierten el tráfico en una locura endiablada, el ir y venir de gentes es incesante, frenético, la contaminación horrible. En unos minutos estás impregnado de ese olor que te va a acompañar a todas partes durante el viaje, mezcla de calor, humedad y desorden. Y también te asalta al instante ese polvo entrometido que se te mete en África hasta los rincones más íntimos del alma. Con estas premisas, en un chiringuito cercano, rodeados de olores y polvo, disfrutamos de una tortilla francesa con cebolla y pan que nos sabe a gloria y de un nescafé con leche condesada que se paga en proporción a las cucharadas que echas. Hablamos de las cicatrices que la gente tiene en las mejillas. Se las hacen de niños con una cuchilla de afeitar. La forma y el número de las heridas identifica la etnia de la que provienen. En ocasiones, ha servido también para salvarlos de alguna enfermedad que han tenido o para ahuyentar a los malos espíritus.

Intentamos sin éxito cambiar dinero en un par de bancos. Tras el fracaso decidimos coger el transporte habitual aquí, los mototaxis, para acercarnos al centro. Es un sistema rápido y barato. Oficialmente el conductor no puede transportar más que a un pasajero, pero la policía no les dice nada y habitualmente llevan a dos. A pesar de la poca costumbre de ir de paquete y de la vorágine circulatoria, el viaje resulta suficientemente cómodo para poder incluso hacer algunas fotografías sobre la marcha.

El cambio de euros a francos cfa nos hace sentirnos millonarios. Ahora tenemos un montón de dinero. En el camino que hacemos disfrutando desde que salimos del banco hasta el mar, empapándonos de imágenes que nos van grabando la conciencia de sensaciones contradictorias, tenemos algún altercado puntual por culpa de las fotografías. La mayor parte de las veces los resolvemos sin dificultad no dándole importancia o haciendo que no entendemos lo que nos dicen. En ocasiones no tiene Romeo más remedio que intervenir y lo hace con acierto ejemplar, parándose el tiempo que haga falta para explicar que no pretendemos molestar a nadie sino únicamente llevarnos un recuerdo, que nuestra visita es interesante porque dejamos dinero en el país y que un trato agresivo con la gente de fuera, lo único que va a provocar es que los extranjeros no quieran acercarse a Benín.


En primera línea de playa, con el marco de un mar bravo y vistoso de fondo, se citan ante nuestros ojos de manera casi grosera suciedad y pobreza a partes iguales. Chabolas miserables rodeadas de basura jalonan una costa privilegiada que pide ayuda y respeto a gritos. Otra pequeña trifulca gráfica con un paisano se salda nuevamente con el buen hacer de Romeo. Una hostilidad inevitable que en el fondo encierra una gran ilusión por la vida propia.

Nos sentamos a comer en un chiringuito cercano. A estos establecimientos en Benín les llaman “maquis”, una palabra importada de Costa de Marfil, que viene a ser algo así como restaurante popular. Algunos optan por el pollo con patatas y otros tomamos pescado desconocido con plátano frito. Pedimos que no esté picante y casi lo conseguimos. No tienen nuestra cerveza, la cerveza local, La beninoise, pero tomamos Flag. Saldamos el asunto con algo menos de 3 euros por cabeza.

Todo Cotonou es una especie de mercado continuo. Las calles se suceden en un transcurso inacabable de puestos con todo tipo de artículos. Los vendedores no incordian como en otros países. Hay un discurrir casi permanente de personas con una bandeja inmensa en la cabeza o portando a lomos artículos diversos que te ofrecen incansablemente. Pero nada tiene que ver con el gran mercado al que nos dirigimos. Dantokpa es una de las áreas de compraventa más importantes del oeste de África, a la que acuden gentes desde lejanos puntos del país y del continente, un gigantesco corte inglés callejero, un rastro extenso y destartalado que ocupa muchas, muchas hectáreas divididas por secciones, en el que te agobian olores intensos y apreturas humanas. Todas las pieles a nuestro alrededor son oscuras. Es fácil resaltar. En algún grupo se cuchichea a nuestro paso y de vez en cuando se entiende la palabra “yovó” con la que se identifica al hombre blanco. Llamativa la sección de alimentación, con variedades extrañas y muchos colores. Abunda el ñame, unos cueros de animal parecidos a la corteza de cerdo pero húmedos y más oscuros, las gambas y pescados en arenque, una especie de bolas de espinacas en agua y un queso fresco rosáceo con forma de torta o de bola aplanada que hacen los pastores del norte.

Casi agotados pasamos a recomponernos un poco en el hotel y después nos acercamos en el coche de Jöel a conocer a la familia de Romeo. La calle, de tierra, como casi todas, está en obras y les han expropiado sin derecho a ninguna indemnización un trozo de terreno para construir la carretera. El preciado pozo familiar ha quedado fuera del recinto y en la actualidad construyen otro dentro de la propiedad.
Nuestra mente nos lleva sin querer al concepto de pobreza cuando nuestros ojos tropiezan con algo que interpretan como ausencia de casi todo. Es muy probable que nos equivoquemos, que la lectura no sea tan precisa como suponemos y que no debamos dejarnos influenciar por esos parámetros del mundo desarrollado. Con cualquier medidor obtendríamos notas muy altas en sensaciones de solidaridad, en convivencia envidiable y en alegría. Por casi todos los rincones abundan las sonrisas sinceras y la tranquilidad. Tras una ronda identificativa en el patio de la casa en la cual cada uno apunta cuatro rasgos de su vida para conocernos un poco, aparecen unas galletas, unas botellas de agua mineral fría y tres cervezas La beninoise. Se desatan sin tapujos espontáneas expresiones de júbilo y palabras cariñosas. Segolène, la niñita de Laurencia la hermana pequeña de Romeo, acapara las atenciones de los presentes y circula de mano en mano. De la reunión emana un cariño y una complicidad perceptibles. Los padres de Romeo (Gerard, ingeniero de puentes jubilado con 68 años, Epiphanie, profesora de ciencias de la tierra en un instituto) son personas buenas y realmente entrañables. La hermana mayor, Laetitia, una chica atenta, dispuesta y de un gran atractivo personal. 
Después, nos acercamos a conocer a la familia de Jöel. La estrella de la reunión en este caso es otro bebé, Akpé (que significa “gracias a dios”), un cielo de criatura a la que cuida con mimo exquisito su hermano Jolice (curiosa combinación de los nombres de los padres Jöel-Alice). El distendido encuentro culmina con un chupito de sorabi, una especie de aguardiente de palma de alta graduación, que nos deja un sabor muy agradable y pone un broche de euforia a nuestro primer día en Benín. 

domingo, 12 de agosto de 2012

Lo que nos espera

Esto es un esbozo orientativo del recorrido que vamos a realizar en Benín desde hoy mismo, 12 de agosto, que arrancaremos a las 19:30 de Barajas, hasta el 27 de Agosto de 2012. Son sólo unas pinceladas, un apunte, porque tal como hemos estado hablando ayer en la reunión previa que tuvimos en la cafetería del Caixa Forum, dependerá mucho de lo a gusto que nos vayamos encontrando en los sitios para ampliar o reducir las estancias en los mismos. Nos queda por tocar toda la parte norte del país, que dejaremos para la próxima visita (siempre es interesante dejar algo para otra ocasión).

1º Día. Lunes 13.08.2012. Llegada a COTONOU a la 01:55. Alojamiento. Comida en Cotonou. Visita a la ciudad.


2º Día. Martes 14.08.20122. Excursión a BOHICON (hacia el norte, unos 135 kms). Comida. Salida hacia SAVALOU (110 kms). Palacio Real de Savalou y paseo por las colinas. Comida. Visita a la Radio Comunitaria y alguna casa-templo vudú. Noche en Savalou.

3º Día. Miércoles 15.08.20122. SAVALOU. Fiesta del ñame, el alimento base de esta zona de África, un tubérculo al que se le han descubierto grandes propiedades contra el envejecimiento y la osteoporosis, el cáncer de mama, la disminución de la libido, el insomnio, la depresión o la pérdida de memoria. Comida. Gran Fiesta de Savalou.
4º Día. Jueves 16.08.2012. SAVALOU. Visita al terreno que va a adquirir Destino Benín. Comida. Salida BOHICON, importante por su actividad comercial. Parada en Dassa para visitar la Gruta Mariana (La gruta es un centro de peregrinación. Fue bendecida en 1954, tras la aparición misteriosa de una imagen de la Virgen María). Noche en Bohicon.

5º Día. Viernes 17.08.2012. Salida hacia ABOMEY, antigua capital del reino de Dahomey. La ciudad está protegida por un muro de arcilla con seis puertas al exterior y un foso. Visita del Museo Histórico (Patrimonio de la Humanidad) la Plaza Goho, el Hospital de Zona de Abomey, etc. En esta ciudad existe un  impresionante mercado de amuletos, en el que los adeptos al vudú hacen sus adquisiciones para las ceremonias. Los Palacios Reales son edificios de tierra construidos por el pueblo Fon. Doce reyes consecutivos construyeron sus palacios en esta zona. Regreso a Bohicon.

6º Día. Sábado 18.08.2012. Bohicon-Kétou (hacia el este, 76 km). Comida en Kétou. Estaremos muy cerquita de la frontera con Nigeria, a 17 km hacia el este, en el pueblo de ILARA. Ketou es una ciudad predominantemente yoruba, aunque las comunidades fon, mahi y holli también abundan. Noche en Kétou. Palacio Real, Museo IDENA Akaba (la puerta mágica), muchos altares y esculturas religiosas yoruba, así como el mercado de Massena. Se puede asistir a bailes y ceremonias religiosas yoruba (culto orisha), tales como máscaras Gueledes (Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO), los eguns, etc ...

7º Día. Domingo 19.08.2012. Salida a PORTO NOVO, la capital del país. 135 kms. Rodeada por un hermoso palmeral, con rincones llenos de encanto, callejuelas y casas de tipo colonial. (Asamblea Nacional, Plaza Bayol, Centro Songhaï, Centro de Acogida Don Bosco, Museo Etnográfico, Gran Mezquita, Palacio del Rey Toffa, Templo Zangbetro etc). Comida en Porto-Novo. Esta ciudad los portugueses la erigieron como centro de sus transacciones para el negocio de venta de esclavos. La música típica de Porto-Novo es el asjogan. Se toca con un alounloun, un palo con anillos metálicos muy juntos que hacen un tintineo. Salida hacia POSSOTOME. Baño nocturno en agua termal. Noche en Possotomé.

8º Día. Lunes 20.08.2012. POSSOTOME. Desayuno en canoa por el lago Ahémé, una zona poco explotada turísticamente. Sus habitantes todavía se extrañan de la presencia de las personas de raza blanca, sobre todo los más pequeños. Visita a la radio local de Possotomè y a la fábrica de agua mineral. En esta parte del país se celebran unas danzas y rituales con los famosos  Zangbetos, declaradas de interés cultural internacional. Mercado nocturno de Danhoué. Baño termal. Noche en Possotome.

9º Día. Martes 21.08.2012. Salida a GRAND POPO, un lugar ideal para el relajo con grandes playas llenas de palmeras y fina arena. Pescadores. En la ciudad hay mansiones construidas por esclavos liberados. Comida (presumiblemente a base de pescado). Salida a Cotonou (90 kms hacia el este). Noche en Cotonou.
10º Día. Miércoles 22.08.2012. Gran Mercado DANTOKPA. Es una de las áreas de venta más importantes de Benin, con una facturación de más de mil millones de francos CFA al día, ocupa más de 20 hectáreas. Centro de artesanía. Modista. Comida en Cotonou. ABOMEY CALAVI, situado a 18 kms, sede de la Universidad. Regreso a Cotonou.
11º Día. Jueves 23.08.2012. Día 4.  Excursión a OUIDAH (Bosque sagrado Kpassè, Templo de las serpientes, Museo y fuertes coloniales, la Ruta de los Esclavos, Puerta de no retorno, etc.) Ouidah está a 42 kms de Cotonou y es la localidad portuaria más importante de Benin, conocida porque en ella se practica el vudú. Se cree que en esta ciudad están los orígenes de esta práctica mágica y que desde aquí fue llevada a América Latina por los esclavos. Comida. Visita al pueblo Hêvié. Vuelta a Cotonou

12º Día. Viernes 24.08.2012. Excursión a GANVIE. El lago Nokoué, al norte de Cotonú alberga varios poblados lacustres de los que destaca Ganvié, “la Venecia africana” que está habitada por una población que busca escapar de las redadas de la época de la colonización. Las personas que viven aquí son descendientes de la tribu tofi que se trasladó del norte en el siglo XVIII para escapar del dominio de los fon al expandir el reino Dahomey. Viven principalmente de la pesca. Todo ocurre sobre el lago: mercado, escuela, centro de salud, centro artesanal, etc. Comida en CALAVI. Vuelta a Cotonou.

13º Día. Sábado 25.08.2012. COTONOU. Se puede visitar el Estadio de la Amistad, la Mezquita Central, el Mercado de fetiches de Dam Tokpa, además de sus centros recreativos nocturnos como el So What! y La Case de la Musique, para escuchar música africana.

14º Día. Domingo 26.08.2012. COTONOU.


15º Día. Lunes 27.08.2012. COTONOU. Salida hacia el aeropuerto. El vuelo sale a las 2:45 y llega a Casablanca a las 7:15, De Casablanca sale a las 15:55 y llega a Madrid a las 18:35.